La fuerza del Amor...



“Si le das néctar a una persona enojada, lo convertirá en veneno, y si le das veneno a una persona iluminada, lo convertirá en néctar”


Había una vez un hombre que amaba tanto a Dios que abandonó su casa para vivir en un templo.
En India Dios puede ser tanto un Padre como una Madre. El amaba a la divina Madre más que a ninguna otra cosa en el mundo, y cada día se dedicaba a arreglar las flores del altar de esta deidad y a rezar ante su imagen. En su rostro siempre había una soñadora sonrisa y la gente solía discutir a sus espaldas, ya que algunos afirmaban que era una persona increíblemente devota y otras en cambio se burlaban de él diciendo que estaba medio loco.
Un día el Sacerdote de mayor autoridad de aquella región se detuvo para visitar el templo, situado a la orilla de un río. Al bajar de la barca, se topó con el devoto.

“Dicen que veneras a la Divina Madre cada día”, dijo el Sacerdote.
“Sí, respondió de devoto, mostrándose nervioso y tímido por estar hablando con una persona tan importante.
“Conoces entonces la oraciones adecuadas que hay que dirigirle?, preguntó el Sacerdote con severidad.
“No, yo sólo canto a la divina Madre las palabras que hay en mi corazón”, respondió el devoto.
El Sacerdote frunció el ceño en signo de desaprobación. ¿Al menos debes de conocer los rituales y sacrificios que hay que dedicarle?” , le preguntó.
“No, nunca me los enseñaron”, admitió el devoto que se estaba poniendo cada vez más nervioso.
El gran Sacerdote dijo “Me has dejado muy preocupado. Toma asiento, que yo te enseñaré la manera correcta de venerar a Dios”.

De modo que se sentaron uno junto al otro, y aunque el devoto era una persona corta de alcances e inculta, al cabo de un rato el Sacerdote creyó que había logrado enseñarle la forma correcta de venerar a Dios.

Al anochecer, el Sacerdote subió a la barca para descender por el río. Pero cuando se encontraba a unos cien metros de la orilla, oyó a un montón de personas gritando.
“ ¿Qué es todo ese alboroto?”, preguntó el Sacerdote irritado.
Entonces vió que el devoto se dirigía rápidamente hacia la barca andando sobre las aguas. Al llegar hasta el Sacerdote, le dijo con humildad, “Lo siento, creo que me he olvidado de cómo se hacía ¿Podría , por favor, enseñarme otra vez a rezar?”.
El gran Sacerdote al presenciar la hazaña del devoto, se arrodilló lleno de admiración ante un verdadero amante de Dios.
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Esta Historia trata sobre lo que el Amor puede hacer cuando es una fuerza cósmica. En todo el Universo no hay nada que sea más poderoso y, sin embargo, si miras en tu interior, verás que esta misma fuerza está dentro de ti en este momento.

Comentarios

  1. Querida Maribel.

    Preciosa historia, llena de enseñanza.

    Gracias.

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  2. Querido Sankaradas
    Que nuestro corazón pueda llegar a vibrar y manifestar con tanta intensidad
    el amor y la devoción divina!
    Muchos cariños!

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  3. Hola Maribel.
    Gracias por recordarnos el poder de la fe, de la devoción (bhakti).

    Mi maestro dijo una vez: "Al final del Bhakti, está el Nyana. Al final del Nyana está el Bhakti"

    No hay devoción sin conocimiento. No hay conocimiento sin devoción.

    A menudo tenemos la tendencia de inclinarnos hacia una de estas dos enseñanzas (y es lógico) pero no debemos olvidar una por otra.

    Un abrazo.

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  4. Ya tengo por hoy, dejemos a un lado los libros y miremos hacia dentro de nuestro corazón, alli encontraremos las mayores enseñanzas, las verdaderas enseñanzas, las q. nacen del SER

    Todo está en Ti

    Me encanta tu blog, ansío escuchar algún dia el sonido del silencio, permanentemente

    Un fuerte abrazo querida Maribel

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  5. Gracias Guillem:
    Es cierto, no debemos olvidar uno por otro, debemos abrazar la totalidad!!!
    Un abrazo

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  6. Mi querida Arianna
    Yo tambien ansío escuchar el sonido del silencio
    permanentemente!!!!
    Gracias por Ser como eres.
    Muchos cariños.

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  7. Querida Teresa:
    Gracias por compartir y traer a este humilde sitio, la luz y el amor de tu corazon.
    Muchos cariños y bendiciones!

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